06 junio 2005

OCHENTA Y CAPOTA BAJA

El fin de semana viaje a mi pueblo natal ( a 50 km ) en el Jeep promediando unos 75 km/h, mientras miraba el paisaje y me deleitaba con los patos, las garzas, y otras yerbas que abundan gracias al agua imperante en los campos recordé la historia que alguna ves escuche por alguno de esos sucios talleres en ronda de mate, y que cuenta que allá por Balcarce una tarde calurosa de verano se encontraban en un bar de las afueras, sobres las vías del ferrocarril un grupo de obreros escuchando a un mentiroso con suerte, de esos que podía darse el lujo de tener auto, (en épocas que los autos solo aparecían en las películas de Chaplin) mintiendo sobre las hazañas de veloces carreras a mas de 60 km, mientras el grupo escuchaba complaciente los cuentos de su compañero “el rico” mas lejos, un hombre de buen semblante se acercó y les dijo con algo de acento italiano no estar sorprendido ya que el había llegado al bar conduciendo a 80 km (ochenta), el auditorio esbozó una sonrisa como demostrando no haber creído ni media palabra, entonces como para dejarlo en ridículo el vivo del grupo se asomo, miro el auto, y agrego, y, ¿...con la capota baja? , ante lo cual ya se escucharon carcajadas confirmando rotundamente que de ninguna manera iban a creer semejante cosa, el hombre un poco chueco, sin mas, tomo su sombrero saludo y sonriendo pensó para adentro, si supieran que son millas. A partir de entonces el chueco de Balcarce recorrió el mundo a algo mas que OCHENTA Y CAPOTA BAJA.